Leyendas del cannabis: El irlandés William Brooke O’Shaughnessy

Sir William Brooke O’Shaughnessy (1809-1889) fue uno de los primeros pioneros de la industria del cannabis.

William O’Shaughnessy nació en Limerick, Irlanda, durante la época del Imperio Británico. Con talento para la ciencia y la medicina, fue aceptado en la prestigiosa Universidad de Edimburgo, en la vecina Escocia, donde estudió química, toxicología, botánica y anatomía.

Se incorporó a la Compañía Británica de las Indias Orientales como cirujano y fue enviado a la India, donde descubrió cómo el cannabis medicinal se había utilizado en la India durante siglos como medicina curativa.

Entre 1833 y 1841, O’Shaughnessy observó que el alivio del dolor que proporcionaba el cannabis minimizaba las convulsiones, los espasmos musculares y los dolores menstruales. O’Shaughnessy también observó que el cannabis era una hierba barata y fácil de cultivar, utilizada tradicionalmente como analgésico.

Se convirtió en el primer occidental en validar los usos tradicionales del cannabis en la India, estudiando metódicamente el cannabis como medicina. Gracias a su trabajo, pudo recomendar con éxito el cannabis para una gran variedad de fines médicos.
En 1839, presentó sus investigaciones sobre el cannabis ante la prestigiosa Sociedad Médica y Física de Calcuta. Allí, impresionó a una audiencia de expertos contemporáneos con sus estudios sobre el cannabis, ayudando a tratar enfermedades que de otro modo serían intratables. También presentó sus hallazgos en el tratamiento de las convulsiones de un bebé con epilepsia.

Su investigación fue respaldada por Sir Russel Reynolds, el médico personal de la Reina Victoria. Este respaldo fomentó en gran medida el uso médico del cannabis en Gran Bretaña en el siglo XIX, y le valió a O’Shaughnessy el título de caballero. Gracias a su metódico análisis científico, el cannabis se convirtió en una parte indispensable de la farmacia victoriana. Tras una larga carrera como pionero de la medicina, murió en 1889 a la edad de 80 años.

Mientras sus investigaciones quedaban eclipsadas por los modernos productos químicos farmacéuticos, el propio cannabis fue prohibido en Estados Unidos y, después, en el resto del mundo. La prohibición duró casi todo el siglo XX. Es ahora cuando todos los beneficios del cannabis están empezando a atraer la atención de los científicos y los profesionales de la medicina, una vez más.