- De forma general el cannabis y sus productos derivados son ilegales en Asia, pero existen diversos grados de aceptación social y cumplimiento de las leyes por parte de los distintos gobiernos.
- A pesar de las complicaciones legales y culturales, algunos países de Asia y Oceanía son grandes mercados potenciales para los productos con cannabidiol (CBD), sobre todo si estos países deciden legalizar parcial o totalmente el cannabis.
Muchas naciones en Asia mantienen posiciones contradictorias con respecto al cannabis. Por una parte, permiten un cierto cultivo, han despenalizado el consumo y financian investigaciones sobre su uso medicinal. Por otra, mantienen importantes restricciones, como permitir solo el uso del CBD, legalizar el cultivo pero no el consumo o limitar las aplicaciones terapéuticas.
Los intereses políticos se entremezclan con evidencias científicas y las reivindicaciones sociales, lo cual genera una ambigüedad difícil de entender. Si a estos elementos se añaden los intereses geopolíticos y comerciales de los diferentes países, la situación alcanza una mayor complejidad. No obstante, existe un gigante asiático que cada vez será más importante en el comercio mundial de CBD. Y a ello, muy probablemente, responderán otros países de la zona. Porque estamos hablando de…
China
Aunque tanto la marihuana recreativa como la medicinal son ilegales en China, los productos con CBD están permitidos siempre y cuando hayan obtenido la aprobación del gobierno, pues el cannabidiol es un ingrediente común de la medicina tradicional china y numerosos grupos de investigación están realizando estudios sobre su potencial farmacéutico.
Y es que China tiene un gran mercado potencial para los productos de CBD. Por ejemplo, casi 10 millones de ciudadanos son diagnosticados con epilepsia cada año. Existen medicamentos sintéticos para la epilepsia, pero el gobierno chino ahora está fomentando el uso de medicamentos naturales como el CBD.
También es solo una cuestión de tiempo que China adopte la tendencia del CBD en los productos de belleza, incluidas cremas tópicas y líneas de cuidado de la piel. De hecho se espera que sector de belleza y bienestar sea el principal motor de este mercado del CBD en crecimiento.
Además China es el mayor productor mundial de cáñamo. Y no solo ocupa un lugar predominante en el cultivo legal, sino que también lo hace con las patentes de cannabis, al poseer la mitad de las 600 que existen a nivel mundial. Esto le sitúa en una situación privilegiada para competir con cualquier otro país, convirtiéndose en el gigante dormido que puede dominar el mercado del CBD mundial en los próximos años.
Tailandia
Otros países asiáticos también quieren seguir este camino. En Tailandia, las condiciones ambientales para el cultivo han permitido que el CBD se haya utilizado como medicina tradicional durante siglos. Y ahora podría convertirse en el principal cultivo comercial del país.
El 28 de diciembre pasado el gobierno militar de Tailandia aprobó por unanimidad el uso de marihuana medicinal, lo que lo convertiría en el primer país en legalizar el consumo de CBD en el sudeste asiático. El uso recreativo de la marihuana sigue siendo ilegal y está sujeto a penas de prisión y multas acordes con las cantidades incautadas.
Pero la letra pequeña de la legislación ha dejado a los defensores del potencial curativo del CBD con sentimientos encontrados y muchos han expresado su decepción porque excluirá al sector privado a favor de las agencias gubernamentales en esta lucrativa industria.
De momento, Tailandia ya cuenta con dos plantaciones para cultivar una variedad de cannabis rica en CBD y con menos del 1% THC y dos centros de investigación oficiales, aunque la venta aún no se permite a la espera de que se regulen las licencias pertinentes. Eso significa que la implementación de las leyes sobre la marihuana medicinal podría demorarse hasta dos años.
Corea del Sur
Siguiendo a Tailandia, la República de Corea se convirtió en el segundo país en el este de Asia en legalizar el cannabis medicinal a principios del año 2019, algo que fue un tanto chocante, ya que Corea del Sur se había opuesto abiertamente a otros países que han legalizado la marihuana con fines recreativos.
El 12 de marzo de 2019 la ley entró en vigor y, aunque el cannabis medicinal seguirá siendo una industria altamente restringida, la ley representa un punto de inflexión en el enfoque del país hacia el CBD, pues permitirá la importación de medicamentos basados en cannabidiol.
Los productos deben ser autorizados y comercializados de acuerdo con los requisitos específicos del ministerio. Algunas de las principales marcas (Marinol, Sativex, Cesamet y Epidiolex) se incluirán en el tratamiento relacionado con el cáncer, síntomas de VIH / SIDA, síndrome de Lennox-Gastaut, síndrome de Dravet y esclerosis múltiple.
Japón
Japón es otro país en la región de Asia y el Pacífico que es culturalmente tolerante con el cannabis, pero tiene leyes muy estrictas contra él. La mera posesión de cannabis en Japón da como resultado una sentencia máxima de cinco años de prisión.
En Japón, donde el cannabidiol ha sido legal desde 2016, el mercado japonés de productos de CBD está creciendo casi un 100% al año. Y las compañías internacionales están aprovechando ese crecimiento. Culturalmente, los japoneses adoptan el cuidado de la salud natural como una necesidad y, con una población que envejece, existe un gran interés en la salud preventiva y el bienestar a través de los suplementos con CBD.
Por ejemplo, Phivida, de Canadá, comenzó a vender sus tinturas con infusión de té helado y aceite de cáñamo de CBD en el país el año pasado y anunció planes para abrir una oficina en Tokio para unirse a otros jugadores internacionales del CBD, que se dirigen principalmente al mercado de salud y bienestar de Japón.
Hay indicios de que el espacio podría ir más allá de las tiendas de alimentos saludables: Province Brands, con sede en Toronto, anunció el año pasado que había creado la primera cerveza artesanal no alcohólica basada en CBD, con inversores de Japón.
Y es que para cumplir la legalidad, las compañías japonesas confían en consultores externos para que realicen estudios de mercado, porque su propio personal no puede probar los productos relacionados con el cannabis o visitar los cultivos. Incluso cuando las actitudes comienzan a cambiar, sigue existiendo un riesgo de reputación para las compañías japonesas que parecen estar buscando oportunidades en esta industria.
Australia
El cannabis recreativo está prohibido en Australia, sin embargo su uso medicinal es legal desde febrero de 2016, cuando se hicieron varias enmiendas a la Ley de Drogas y Narcóticos para permitir que el cannabis pudiera cultivarse y que esto no chocara con los tratados internacionales sobre drogas.
Dos años después, el Ministro de Salud, Greg Hunt, anunció que el gobierno federal permitiría la exportación de productos de cannabis medicinal en un esfuerzo por asegurar los suministros a largo plazo para pacientes y el desarrollo de la industria nacional del cannabis. Por tanto las empresas australianas ahora están cultivando y elaborando productos de CBD, mientras el gobierno australiano también permite la importación de productos desde el extranjero.
Actualmente, un número limitado de australianos utiliza legalmente aceite de CBD para tratar diversas patologías médicas. Pero existen informes que muestran que hasta 100.000 australianos lo están obteniendo ilegalmente debido al complicado proceso de prescripción del medicamento.
Cualquier cosa con CBD en su composición se considera un ‘producto programado’, por lo que hay que acudir a un médico para obtener una aprobación especial del departamento de salud. Es un proceso que consume tiempo y que además no garantiza el acceso. Por tanto el aceite de CBD es legal en Australia, pero bajo un acceso especial solo para personas autorizadas.
Nueva Zelanda
La aceptación del cannabis en Nueva Zelanda ha aumentado significativamente en los últimos años, con un 67% del país que apoya la legalización del cannabis para uso recreativo, mientras que más del 87% apoyaba la legalización para uso médico.
Nueva Zelanda hizo sus deberes el año pasado pasado, legalizando el cannabis con fines terapéuticos, lo que parece ser el primer paso para legalizarlo para uso recreativo. De hecho, se ha establecido un referéndum para 2020 que pone la cuestión en manos de los ciudadanos.
Incluso antes de que Nueva Zelanda legalizara el cannabis para uso médico, había casos en los que se podía comprar aceite de CBD. Aunque el CBD estaba clasificado como un medicamento de Clase B1, estaba disponible mediante receta médica, pero no se podía anunciar ni promocionar de ninguna manera.
Actualmente el CBD ya no está clasificado como un medicamento de Clase B1, y ahora no solo es legal para fines médicos, sino que sus productos pueden contener trazas de THC, siempre que no superan el 2%. Sin una receta, sin embargo, los productos de CBD, como alimentos o bebidas, siguen siendo ilegales.
No hay duda de que aún queda mucho camino por recorrer para convertir una región con algunas de las regulaciones más estrictas sobre el cannabis en una economía ferviente centrada en el bienestar. Pero es probable que, con la ayuda de las personas de mente abierta y más investigaciones, el CBD y su gran número de aplicaciones de estilo de vida puedan alumbrar un futuro más que brillante en Asia y Oceanía.
FUENTE:
https://www-dinafem-org.cdn.ampproject.org/c/s/www.dinafem.org/es/blog/situacion-cbd-asia-oceania/?amp